(07/09/2003) teatro En Santa Cruz se trabaja por profesionalizar a los
actores
APAC
promueve desde hace dos años un proyecto que ahora ve su
primer gran resultado, el nacimiento de Mascarateatro con
la puesta en escena de “No hay que llorar”.
El
El Festival Internacional de Teatro llenó de arte escénico
a Santa Cruz. El público y el accionar de una naciente
generación de actores respondieron a ese estímulo. De pronto
fue notoria la falta de niveles de instrucción que impulsen
el interés de los jóvenes teatristas. Con el tiempo, las
iniciativas de enseñanza surgieron planteadas como procesos
en busca de resultados.
La
Asociación Pro Arte y Cultura, APAC, como fomento de la
actividad artística y cultural en Santa Cruz de la Sierra
convocó en el 2002 al actor argentino José Cobrana con el
fin de complementar la formación de los actores cruceños
con su método. Como continuación de aquel curso, este año
APAC se propuso un nuevo desafío con una selección de siete
de los 30 alumnos que realizaron el curso con Cobrana: el
montaje de una obra de teatro. La obra elegida por el actor
y director argentino fue “No hay que llorar” de Roberto
Cossa, estrenada hace pocos días.
“No hay que llorar” volverá a presentarse
en la AECI, el 10, 11 y 12 de septiembre, a las 20.00.
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El autor
argentino trabaja con personajes fácilmente ubicables dentro
de la clase media, o de la clase media baja. Por otra parte
constituyen un grupo social que aparentemente sufre los conflictos
más graves, en virtud de que sus integrantes viven aislados,
soportando individualmente sus problemas, en tanto no se han
asimilado a una propuesta aglutinante.
Más que de
seres frustrados, “No hay que llorar” trata de gente que es víctima
de un individualismo exaltado. De esa pobre gente que vive destrozada
por lo que pudo haber sido si hubiese tenido una mejor situación
económica, destrozada por una sociedad que la empuja al
empobrecimiento.
Entonces
es cuando aparecen las pequeñas pasiones y necesidades. Aparece
el hombre llevado a sus necesidades primarias, con grandes
fantasías puestas en los logros económicos. Y las soluciones
tienen que venir de afuera, mágicamente, como en la lotería.
El director Cobrana explica que en esta obra Cossa enriqueció
su propio lenguaje con la incorporación del humor negro, el
absurdo y el grotesco.
No hay que llorar permite considerar los
logros de un sólido grupo de actores, pilares del teatro local
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A mitad de
camino entre la burla y la tragedia, el dramaturgo utiliza estas
vías creativas y encuadra “No hay que llorar” en un molde lineal:
un núcleo familiar que se reúne de manera ocasional y fortuita,
donde sus miembros se van encerrando cada vez más en el apretado
mundo de su propia casa, aislados de la comunidad y amparándose
en el único refugio: sus sueños de suerte personal, de destino
individual. Se describe la hipocresía y el afán desmedido que
suelen ocultar los buenos sentimientos de una familia media, un
conflicto que se origina cuando los hijos quieren obtener a toda
costa los bienes de la madre. El director propone dejar un mensaje
alentador acerca de las relaciones humanas en general, en dejar
de lado por un momento el individualismo y mirar al que tenemos
al lado, con sus necesidades, e intentar ayudarnos mutuamente.
La propuesta
de “No hay que llorar”, más allá de su contenido temático permite
considerar los logros de un sólido grupo de actores, la mayoría
jóvenes, y que ahora se constituyen en pilares del quehacer teatral
local.
mascarateatro
Yovinca Arredondo • Estudia Ciencias de la Comunicación.
Realizó su formación actoral en la Escuela de los Actores, con Gonzalo
de Córdoba, Jorge Hacker, César Brie, José Cobrana, Cristina Arocca.
Participó en Estado de ánimas, La venganza del chupacoto y Lucha libre.
Formó Tucura Cunumi.
Evelín Azogue • Estudia Relaciones Públicas.
Realizó su formación con Jorge Arturo Lora, Hugo Francisquini, José Cobrana,
Cristina Arocca, César Brie, Teresina Bueno, Juan Sasiain. Integró
Tiquiminiqui (El Canto de Consuelo). Mejor Actriz en el Festival Enrique
Alfonso 2002.
José Miguel Lijerón • Estudia Comunicación.
Se formó con Porfirio Azogue, José Cobrana, Cristina Arocca, Teresina Bueno,
Muriel Roland y Marcos Malavia. Integra Ditirambo, hizo Entiéndeme tú a mí,
Añoranzas cruceñas (Premio Mejor Actor) en el Festival Enrique Alfonso 2002.
Es parte del grupo musical Oxígeno, dirige el grupo de teatro del colegio
La Salle.
Arturo Lora •
Realizó su formación con Jorge Hacker, René Hohenstein, Liber Forti
(Nuevos Horizontes), Pato Hoffman, Shamil Fattakhov, José Cobrana, Cristina
Arocca y Juan Sasiain. Integra Tiquiminiqui y Casateatro: Sandiablo, El Canto
de Consuelo, Guano maldito y Cese de fuego.
Claudia Peña •
Licenciada en Comunicación. Realizó su formación actoral con David Mondacca,
René Hohenstein, Gonzalo de Córdoba, Galiano 108, Teatro de los Andes, José Cobrana
y Cristina Arocca. Integra Pánicum Teatro. Premio Mejor Actriz en el Festival Bicu
Bicu 2000.
Carlos Ureña
• Se formó con Ignacio Márquez, Teatro de los Andes, Marcos Malavia, Galiano
108, José Cobrana, Cristina Arocca, Juan Sasiain y Marcela Polisher. Dirige Choboreca
y Larca de la UPSA. Es instructor de teatro en el colegio Alemán.
Analía Villarroel • Se formó con José Cobrana, Teatro de los Andes,
Cristina Arocca, Juan Sasiain, Marcos Malavia. Integró Pánicum, ahora Choboreca: Las tremendas
aventuras de la capitana Gazpacho, Estado de sitio, La excepción y la regla, Exilio al submundo.
“No hay que llorar” es su primera experiencia en asistente de dirección.
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